TRATAMIENTO CON OZONO en Odontología

Administrando ozono en una región concreta se puede acabar en cuestión de minutos con gérmenes, virus, bacterias y hongos. Este tratamiento carece de efectos secundarios, es indoloro y de acción inmediata. Incluso los pacientes que padecen periodontitis desde hace años, experimentan una mejoría significativa desde la primera sesión.
El ozono es una forma de oxígeno (O3) que encuentra cada vez más aplicaciones médicas: tiene efectos inmediatos por ejemplo en casos de halitosis o encías sangrantes y además, a través del tratamiento, se consigue un blanqueamiento dental adicional. El ozono elimina las bacterias causantes de la caries, detiene su avance y es un método excelente y sencillo para prevenirla.  A través de la ozonoterapia se normaliza la flora bucal y desaparecen los gérmenes que desencadenan las infecciones.

La terapia con ozono se recomienda en casos de:

1.    Inflamación de las encías (gingivitis) leve o aguda.
2.    Prevención de la caries
3.    Dolor tras una intervención.
4.    Herpes, aftas y hongos.
5.    Para favorecer la cicatrización tras implantes.
6.    Halitosis (limpieza de la lengua).
7.    Hinchazón.
8.    Blanqueamiento dental.

La terapia de ozono se aplica desde hace aproximadamente 80 años y, desde entonces, terapeutas de todo el mundo gozan de muy buena reputación al utilizarla con buenos resultados. Existen diversas  formas de tratamiento: ya sea con inyecciones intramusculares, subcutáneas, intravenosas o intraarteriales, administrándolo directamente en la propia sangre. En casos específicos se aplica una inyección en puntos dolorosos, en las articulaciones o alrededor de éstas, bajo las úlceras (heridas abiertas), en varices y alrededor de las mismas, o en zonas con celulitis.

Un hito en la terapia de ozono es la “ozonoterapia hiperbárica”. Mediante una dosificación más exacta, este método posibilita un tratamiento más intensivo. Con esta terapia se administra ozono a altas presiones directamente en la hemoglobina (substancia colorante de los glóbulos rojos de la sangre que transporta el oxígeno) y en el plasma sanguíneo (donde están las substancias que alimentan los tejidos y los productos de desecho de la actividad vital de las células). A través de este principio, el ozono y el oxígeno son absorbidos en cantidades mucho mayores, llegando a continuación al sistema vascular también en una proporción más elevada y, de esta manera,  a la zona afectada del organismo.

¿Cómo actúa el ozono en nuestro cuerpo?

  • El ozono ayuda a desintoxicar el hígado.
  • Nos ayuda a eliminar grasas (colesterol y triglicéridos) que, como es sabido, representan un alto riesgo de contraer enfermedades cardiovasculares y sufrir un infarto.
  • Mejora nuestro metabolismo celular: el motor que produce nuestra energía física.
  • El ozono nos ayuda a reducir la cantidad de ácido úrico en sangre, que es el causante de la gota y un factor de riesgo para contraer enfermedades vasculares.
  • Mejora la circulación, soluciona problemas relacionados con el riego sanguíneo e impide que aparezcan otros por la misma causa.
  • Reduce la aglutinación de los corpúsculos sanguíneos (hemaglutinación), mejorando notablemente el transporte de oxígeno y el flujo sanguíneo.
  • Favorece  la oxigenación de los tejidos. Acaba con muchas bacterias, virus y hongos e impide que vuelvan a aparecer.


Campos de aplicación de la terapia de ozono:

  • artrosis en todas las articulaciones,
  • calcificación arterial en los vasos coronarios (dolor de corazón al hacer esfuerzos o en reposo),
  • hígado dañado por alcohol o virus,
  • trastornos circulatorios en brazos, piernas y cerebro,
  • tratamientos tras un ataque de apoplejía (también en casos de parálisis),
  • enfermedades reumáticas, por ejemplo reuma muscular o en articulaciones, lumbago o ciática,
  • nivel alto de ácido úrico (gota),
  • convalecencia prolongada tras graves enfermedades,
  • en enfermos de cáncer, como terapia adicional (eficacia demostrada),
  • enfermedades dermatológicas de diversos tipos (acné, eccemas),
  • las enfermedades oftalmológicas derivadas de trastornos circulatorios,
  • migraña,
  • numerosos tipos de vértigo,
  • decaimiento general.

El ozono es un gas, una forma de oxígeno energizado con la fórmula química 03. Es un poderoso oxidante, denominado también oxígeno activo. El ozono está presente en la atmósfera de modo natural.