Test de materiales

Los materiales extraños al organismo que se utilizan en determinados tratamientos odontológicos pueden tener consecuencias negativas para su salud e incluso ser la causa de enfermedades crónicas. ¿Qué hacer para prevenirlo?
Todos los materiales dentales experimentan continuamente una pérdida de masa. Tanto las coronas, como los puentes o los empastes van despidiendo día a día una serie de sustancias que, a través de la saliva, acaban desembocando en la sangre y son absorbidas y almacenadas por el organismo.  Esto no sucede solamente con la amalgama o con las aleaciones de menor valor, sino también con las aleaciones más caras, sobre todo si no están bien trabajadas. Está demostrado científicamente que, tras la colocación de prótesis dentales elaboradas con metales nobles, aumenta claramente   la concentración de oro y platino en las heces del paciente.

Incluso tres meses después se alcanza todavía un factor siete. Hay estudios de Medicina Medioambiental que demuestran que estos porcentajes afectan al sistema inmunológico. En cualquier caso, no se puede precisar de manera global en qué medida se presenta la intolerancia a estos materiales, ya que cada paciente es diferente. Por ello, en nuestra clínica realizamos un test individual para asegurarnos de cuál es el grado de intolerancia en cada caso.  Si el diagnóstico detecta afecciones causadas por materiales nocivos, éstos se retiran y se sustituyen por otros no dañinos, dependiendo del paciente y de sus compatibilidades. Antes de colocar una pieza con un material nuevo nos aseguramos de que el organismo del paciente lo tolera. Se puede decir que nuestras intervenciones están “cortadas a la medida” de la salud de cada paciente. Hasta que no estamos seguros de que no existe incompatibilidad, no colocamos piezas ni materiales nuevos.  
No existe una tolerancia generalizada a ningún tipo de aleación ni a ningún material en concreto; pero en la Odontología Biológica atendemos al hecho de que cada sustancia extraña al cuerpo tiene que superar un test de tolerancia, de biocompatibilidad. En Odontología Holística se suele trabajar con bioaleaciones, realizadas por ejemplo con metales nobles con un alto grado de pureza y de la mejor calidad, sea cual sea su porcentaje en la composición de la aleación.  
Una cosa más: para personas alérgicas al metal o para pacientes electrosensibles disponemos también de materiales no metálicos, con los que se pueden realizar tanto empastes, como coronas, inlays o incluso puentes de varias piezas. El uso exclusivo de material cerámico asegura que su organismo queda libre de metal, siguiendo el principio básico de la Odontología Biológica: la salud del paciente está por encima de todo. Al realizar el test de biocompatibilidad antes de trabajar con cualquier material, nos aseguramos de que la prótesis o el empaste que colocamos se encuentra en armonía con el resto del cuerpo.
Hay numerosas dolencias que no son más que un indicador de la intolerabilidad del cuerpo ante un material dental.

Molestias locales en la cavidad bucal:

  • persistente inflamación o retroceso de las encías (periodontitis),
  • trastornos del gusto,
  • ardor en la lengua,
  • constantes infecciones o úlceras (por ejemplo aftas).

Molestias sistémicas:

  • malestar general que se muestra como cansancio, falta de energía, dolores de cabeza, mareos, insomnio, falta de concentración,
  • enfermedades del sistema nervioso, como el tinnitus, migrañas o polineuropatía,
  • síndrome de fatiga crónica,
  • hipersensibilidad química múltiple (MCS),
  • inmunodeficiencia crónica, infecciones frecuentes,
  • enfermedades del tracto intestinal, trastornos en la flora intestinal, micosis, alergias,
  • afecciones musculares: trastornos sensoriales, parálisis en brazos y piernas, reuma.

 

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